Personajes

Reviven los "años gloriosos de Cuba" a través de la arquitectura y diseño en restaurante de Miami

El chef cubano Louis Pous, dueño del restaurante, señala que este es su "máquina del tiempo" que pone nostálgicos, pero a la vez felices, a muchos que se sorprenden cuando ingresan a este local de techo alto que alberga un ambiente de la antigua Cuba

Las cortinas rojas, los candelabros, una glamurosa decoración al estilo cabaret y una comida cubana, pero "evolucionada", son el orgullo del chef Luis Pous y su nuevo restaurante en Miami que, con su arquitectura y estilo, evocan "los tiempos gloriosos de Cuba", según dice en entrevista con EFE. EFE/Calle Dragones

Las cortinas rojas, los candelabros, una glamurosa decoración al estilo cabaret y una comida cubana, pero "evolucionada", son el orgullo del chef Luis Pous y su nuevo restaurante en Miami porque evocan "los tiempos gloriosos de Cuba", así lo expresó en una reciente entrevista.

El chef, de 52 años, la mitad de ellos vividos en la isla, en donde aprendió culinaria, comparte que siempre quiso emular la elegancia y el ambiente de las décadas de 1940 y 1950, los "más bonitos que tuvo Cuba".

"Esto es lo que hubiera sido Cuba si no hubiese habido revolución", menciona Pous sobre su restaurante "Calle Dragones", el cual está en la Pequeña Habana de Miami, capital del exilio cubano, y que tomó el nombre de la calle donde está el barrio chino de la capital cubana.

Las cortinas rojas, los candelabros, una glamurosa decoración al estilo cabaret y una comida cubana, pero "evolucionada", son el orgullo del chef Luis Pous y su nuevo restaurante en Miami porque evocan "los tiempos gloriosos de Cuba", según dice en entrevista con EFE. EFE/Calle Dragones  

Cuenta que los comensales de edad adulta comparten con él esa emoción del pasado, y a veces hasta lágrimas por el recuerdo de las pomposas fiestas en el restaurante Monseigneur, el cabaret Parisien y el hotel Capri cubanos.

Una nostalgia que aligeran con unos platos de este chef que ha "evolucionado" la comida cubana con su experiencia en restaurantes de Atlanta, Los Cayos de Florida, Nueva York, Hawái, Londres, Dubái y Abu Dabi, entre otros.

"La comida cubana nunca evolucionó", resalta Pous al quejarse de que no tiene estrellas Michelín como la peruana o la mexicana, entre otras latinoamericanas. El cubano, quien llegó a Miami a los 27 años, resalta que la falta de competencia de chefs y de restaurantes la estancaron.

"La comida mía siempre ha sido lo cubano: que tiene un poco de chino, un poco de español, un poco de africano", señaló. También el Caribe, el arroz, los frijoles, y "mucho cerdo", añadió.

Cabe señalar que recién llegado a Miami, Pous trabajó en un restaurante español, y más tarde se fue a Atlanta -Georgia- a buscar trabajo para aprender inglés.

De alguna manera supo que lo habían contratado tras una entrevista en un restaurante de comida "americana", pero no sabía por cuánto dinero, porque no entendió, hasta que le llegó el primer cheque, recuerda. "No podía hablar (inglés), pero podía cocinar, por eso me contrataron", compartió.

Para entonces sus colegas le ayudaron poniendo fotos numeradas con los varios platos para que pudiera entender los pedidos.

El cubano puso después sus ojos en la gran metrópoli de Nueva York porque, señala, esa ciudad es para un chef "lo que Hollywood es para un artista".

Fotografía cedida por "Calle Dragones" donde se muestra una vista de un rincón del salón de este restaurante ubicado en la Pequeña Habana de Miami, Florida (Estados Unidos.). EFE/Calle Dragones 

Pous señala que jamás olvidará cuando en una entrevista de trabajo en esa ciudad le preguntaron "qué podía llevar él a la mesa", y que lo único que se le ocurrió decir con su poco inglés fue "food" (comida).

De la misma manera consiguió el puesto y de ahí en adelante empezó a recorrer el mundo aprendiendo de gastronomía pero también del negocio de restaurantes, abriendo, para la época de la pandemia, sus dos primeras sedes de "Calle Dragones" en Bogotá y Cartagena, en Colombia.

No obstante, el de sus sueños era el de la Pequeña Habana, el cual abrió este año.

Se enorgullece del piano, las cortinas, los candelabros, los balcones, el toque tropical de las islas combinado con lo asiático de la comida, y especialmente del "tono musical" del restaurante, la orquesta y los espectáculos de baile.

"Quiero que esto trascienda. Esto nunca pasó de moda, como las casas coloniales", dijo.

"Hay 90 millas (144 kilómetros, entre Miami y Cuba) y pudiera estar viviendo allá, haciendo algo elegante allá", se lamentó Pous, quien creció en la isla viendo a su abuela española cocinando albóndigas, paellas y empanadas gallegas.

Cabe mencionar que ella quería que él fuera médico o abogado. "Yo no quiero un fritero en la familia", recuerda que le decía porque de pequeño nadie lo sacaba de la cocina.

"No sabía si era porque me gustaba cocinar o me gustaba comer", mencionó Pous, pero siempre se ofrecía para hacer la comida, el asado, los sándwiches.

Ahora en la ciudad de Miami menciona que tiene su "máquina del tiempo" que pone nostálgicos, pero a la vez felices, a muchos que se sorprenden cuando ingresan a este local de techo alto que alberga un ambiente con el que siempre soñó. 

Con información de EFE.

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